jueves, 18 de julio de 2013

Las mujeres del carbón protagonizan la segunda Marcha Negra contra la reconversión industrial de la minería

El conflicto de la minería es una expresión de las contradicciones inherentes al modo de producción capitalista cuya lógica interna, que impone la necesidad creciente de rentabilizar el capital invertido, es la causa profunda que motiva no una reestructuración de la actividad económica en la zona, sino una reconversión industrial de las cuencas mineras para reestablecer las condiciones de la rentabilidad en la minería privada a partir de la destrucción económica de miles de puestos de trabajo (48.000 despidos desde 1991 hasta 2007), de una gran fracción de los salarios y de las condiciones de seguridad laboral de los mineros. Es en este marco sobre el que debemos situar los dos meses de huelga general de la minería que concluyó el pasado verano de 2012 con la Marcha Negra de los mineros a Madrid, y es en este marco también en el que hay que encuadrar los cuatro meses de huelga de los mineros de la explotación minera de Cerredo -que pertenece a la empresa Coto Minero Cantábrico (CMC) de Victorino Alonso- que concluía el pasado mes de junio con la readmisión de los 139 trabajadores incluidos en el expediente de extinción de empleo, y la segunda Marcha Negra a Madrid que el pasado 13 de julio protagonizaron las mujeres de las cuencas mineras arropadas por toda la clase obrera.


En julio de 2010 la Comisión Europea planteó el cierre de las explotaciones mineras deficitarias para 2015. Si bien las dos vías de ingresos de las empresas mineras son las ayudas públicas y los contratos de suministros con las centrales térmicas, el gobierno del Régimen, en conformidad con el mandato de la Comisión Europea de cerrar las explotaciones deficitarias, ha decidido eliminar  para 2015 tanto las ayudas para la producción del carbón, como las ayudas a las centrales térmicas por el uso del carbón nacional. Esto significaría dejar sin trabajo a los 8.000 trabajadores de la minería y a los más de 200.000 trabajadores que dependen directamente de este sector.

Que en vísperas de esta catástrofe económica no sólo no se hayan presentado alternativas para regenerar la actividad económica de las cuencas mineras, sino que ademas las empresas mineras de Victorino Alonso -CMC y UMINSA (Unión Minera del Norte S.A)- traten de imponer unas condiciones de trabajo draconianas para los mineros (que pasan por incrementar la jornada laboral hasta las 10 horas por día de trabajo, por una reducción de los salarios de hasta un 40%, por la supresión de las ayudas por cargas excepcionales contenidas en lo que se conoce como vale del carbón, por la supresión del tiempo de transporte de las instalaciones mineras hasta la explotación donde se desarrolla el trabajo, etc.), estas dos condiciones digo, sirven como indicativo, como indicios de que lo que realmente se persigue en las comarcas mineras de León, Aragón y Asturias no es una reestructuración de la actividad económica en la zona, sino una reconversión industrial de las cuencas mineras para reestablecer las condiciones de rentabilidad en la minería privada y cerrar el resto de explotaciones mineras por deficitarias.

Fuente:
De aquellos polvos vienen estos lodos- lacronicadeleon.es

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