El
imperialismo es la fase más desarrollada del capitalismo. El desarrollo
de la producción capitalista conduce a un enorme desarrollo de la
industria y a una rápida concentración de la producción en empresas cada
vez de mayor tamaño y con ello los muchos pequeños bancos que servian
de intermediarios en los pagos se convierten en monopolios poderosos que tienen a su disposición casi
todo el capital monetario de todos los capitalistas y pequeños hombres
de negocios, así como la mayor parte de los medios de producción y de
las fuentes de materias primas de uno o de muchos países. A su vez,
durante los periodos de crisis las empresas pequeñas poco competentes se
arruinan y los grandes bancos obtienen a bajo precio sus acciones o
participan en procesos rentables de saneamiento y reconversión. El
estadio imperialista del capitalismo es la culminación de estas
tendencias necesarias de la competencia hacia la concentración y
centralización del capital en la que un pequeño grupo de poderosos
monopolios bancarios aparecen entretejidos con las mayores empresas
industriales y comerciales.
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