"The future of food" o "El futuro de la comida" es uno de esos numerosísimos documentales que pese estar realizado desde una perspectiva burguesa e incurrir en el sensacionalismo tan arraigado en la idiosincrasia de los estadounidenses, ofrece una selección de datos susceptibles de ser reinterpretados desde una perspectiva marxiana. El acierto del documental es el de enfatizar el carácter esencialmente económico que motiva la implantación de los cultivos transgénicos. Adolece, sin embargo, de utilizar las premisas económicas enteramente deficientes de la economía burguesa que de antemano excluye de su análisis la esfera de la producción y reduce su objeto de estudio exclusivamente a la esfera de la circulación, naturalizando con ello las relaciones capitalistas de producción. La adopción de los malos hábitos de la economía burguesa termina por arrastrar el documental a una serie de conclusiones del todo desechables por limitar las soluciones de la privatización de las semillas a la propuesta del etiquetado de los productos tránsgénicos y a la información de los consumidores, es decir, a la esfera de la circulación, sin cuestionar lo más mínimo las relaciones que se establecen previamente en el ámbito de la producción, sobre la base de la propiedad privada (o monopolio) de los medios de producción, entre capitalistas y asalariados. Las relaciones sociales que se establecen en la esfera de la producción son, sin embargo, el elemento central del análisis económico marxiano, planteamiento desde el cual es más que pertinente ubicar el carácter esencial de los cultivos transgénicos en la introducción de la propiedad privada de las semillas por medio de las
paténtes genéticas como la forma de establecer las condiciones de la
realización de la ganancia en el sector de las semillas.
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