1.- La ambición de la propia
convocatoria "ocupa el congreso" responde a una cierta madurez del
movimiento 15-M como resultado de su propia experiencia política.
2.- La progresiva organización de los trabajadores para contener a la policía.
3.-
El nivel de compromiso y de solidaridad que muchos de los manifestantes
han desarrollado a partir de la arbitrariedad con la que procede la
policía en las detenciones: si tocan a uno, nos tocan a todos. La prensa
burguesa ha presentado como agresión a un policía la secuencia de
golpes con la que un grupo de manifestantes trata de proteger a una
pareja a la que este mismo policía estaba procediéndo a detener.
4.-
Es necesario hacer un balance de las consecuencias que la madurez
política de la clase trabajadora traerá consigo. La reacción del
gobierno no puede ser más que un incremento de la represión basada en el
escarmiento y criminalización de los trabajadores y de las asociaciones
en torno a las que se articulan: a la evidente represión policial hay
que añadir toda una serie de modificaciones legislativas que convierten
en ilegales, conductas que antes no estaban penalizadas, lo que
posibilitaría la criminalización de asociaciones y personas a las que el
gobierno no podría llegar garantizando las libertades civiles.
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